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sábado, 24 de junio de 2017

CRONICUENTOS DE ÚLTIMA PÁGINA

         

Estos Cronicuentos de Igor Delgado Senior son una mezcla de periodismo y literatura, de crónica y cuento, o de realidad y ficción. Los textos del volumen están encabezados por un titular de supuestos medios de comunicación; y aunque la base noticiosa es veraz, se recrearon los hechos en beneficio del interés narrativo. Captación de violencias duras, dolorosas e injustas, pero sin discursos morales o interpretaciones sociológicas, para no alterar el sentido de lo literario.


CRONICUENTOS DE ÚLTIMA PÁGINA (EDICIÓN EN ESPAÑOL) DE IGOR DELGADO SENIOR. PUBLICADO EN VENEZUELA POR LAS EDITORIALES LECTOR CÓMPLICE Y EL PERRO Y LA RANA; Y EN EL EXTERIOR POR LIBROS DE AMAZON.


Las  breves piezas que integran este libro –cuyos argumentos han sido entresacados en apariencia de la prensa escrita– corroboran la sabiduría de un autor que logra convertir pavorosas escenas del mundo en relatos que trascienden la mera referencia a situaciones locales y cercanas. Sin duda una regia lección de narrativa.
            Carlos Sandoval (Crítico literario)


domingo, 4 de junio de 2017

LA REPÚBLICA DEL ESTE (RE-VISIÓN)

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El Viñedo tiene un ficticio aire de tasca ibérica con aspavientos de mundanidad tercermundista. Cuelgan jamones y botellas del techo, como sorpresas vivas de Dalí; la clientela grita incongruencias etílicas a volumen de vibraciones agudas y se esmera en oírse sin sosiego (¿para qué dilapidar el tiempo escuchando obvias sandeces ajenas?); el whisky y la cerveza lidian contra los filos de inexistentes corbatas: las normas mueren en soplos fugaces, un perro de porcelana se atenaza la cola del absurdo, todo da vueltas alrededor de ejes inconformes. El  espíritu espirituoso de El Viñedo desciende de la intransparencia y estimula a la barra para que los ebrios narren sus penas y se atraganten de angustias líquidas. El poeta Caupolicán Ovalles, sentado en una mesa de flores de artificio, habla sobre lirismos y utopías con otros compañeros existenciales; los temas cabalgan en pos de nostalgias ubicuas, “¡Otra ronda, por favor!”, alguien modula una canción de estigmas y despechos. La lluvia, afuera, destaca su trópico en bramidos de repetición: salva salvaje, selva sibilante, solfeo cáustico.