TAL DÍA COMO HOY
(24 de diciembre)
1865. Seis hombres blancos
organizan en Estados Unidos el grupo racista Ku Klux Klan.
1922. Nace Ava Gardner en
Boon Hill, Carolina del Norte.
1946. Son hallados en México
los restos del conquistador Hernán Cortés.
1986. Un rehén francés es
liberado en el Líbano.
1989. Caracas, capital de
Venezuela, sacudida por sangrientos motines callejeros.
Sidney los cuenta. Hay cinco en el cobertizo.
Sólo falta Jeremías. “Perdonen, el bastardo de mi jefe no quería soltarme”.
Ahora son seis y una sola sangre de blancos, enhebrándolos. Sidney, “el Gran
Mago”, absorbe su cigarro hasta sentir la flama entre los dedos: violencia del
fuego, cercanía de calores primarios. Enseguida habla como si estuviese en
púlpito de guerra: “¡Hermanos que aún no logran escucharnos!, los aquí
presentes juramos constituir el Imperio del Sur para defenderlos de todo mal, y
prometemos restaurar los honorables principios y el poder que nos han
arrebatado. ¡Gloria a Jesús! ¡Muerte para inmortalizar la existencia! ¡Negros a
la pira perpetua! ¡Vivan los Caballeros Secretos del Ku Klux Klan!”. Un cuervo
ahorcado los ve con sus cristales fijos.
Sidney salpica el juramento con varios tragos de whisky que le liman ardores de lengua y de discursos. Los otros —sudorosos, irritables— escancian últimas gotas. Ahora las máscaras puntiagudas, el terror en indumentaria de odios pálidos, ojos que lanzan fogaradas tenebrosas, “¡negros cerdos, negros esclavos, negros hijos de negras putas, reos de soga y látigo, cuchillo y expiación!”.